miércoles, 31 de julio de 2013

Una mañana cualquiera por la Desembocadura

Es uno de esos días en los que parece no haber movimiento; está todo muy parado y el sol aprieta demasiado. Aún así, el simple hecho de dedicarle una mañana a este paraje hace que siempre te lleves algo en positivo, algún avistamiento de una especie poco común, una foto interesante, alguna conclusión propia de comportamiento animal; Territorial, cambio de plumaje (muda), migración.

Así pues, temprano en río viejo hay movimiento de limícolas. Pude observar a 4 ejemplares de correlimos menudo. Me llevó un buen rato distinguirlo de su primo el correlimos tridáctilo. En las fotos no se puede apreciar casi nada, pero ahí quedan. Las incluyo todas como un avistamiento puntual y significativo, como si de un cuadernillo de campo virtual se tratara.



Parece que los primeros movimientos migratorios post-nupciales ya se están produciendo. Es un punto a favor añadido. Nunca sabes con qué bichejo de paso migratorio puedes encontrarte.

Más tarde, este andarrios chico me acompañaba en el desayuno.


Andando pude observar varios bandos de 30-40 ejemplares de gaviota reidora.



Este es un jóven de malvasía cabeciblanca.


Han criado aquí los avetorillos. Magnífica noticia. Por fin pude verlo con mis propios ojos.
Este adulto cambiando de posadero, y sobre todo, el reclamo característico que tiene y que pude oír en las cañas de al lado, delataron el inminente vuelo de esta hermosa y pequeña garza.

























Me llamó la atención este cambio de color oliváceo en un resquicio de la laguna grande.



Justo al sentarme en el avistadero de esta misma laguna, comenzó un ajetreo en forma de espantada, por parte de las decenas y decenas que allí hay congregadas de gaviotas reidoras, cabecinegras y de audouin. Observando con los prismáticos... no podía creerlo! El zorro! Le tiré más de 25 fotos en el minuto que estuvo paseando a la vista. Me dio tiempo a verlo con el telescopio. Estaba algo demacrado y delgado, incluso llegué a dudar de si era un perro abandonado. La primera y hasta entonces única vez que lo vi, sí es al que todos conocemos, lleno de pelo pardo y precioso. Es algo muy fortuito y puntual que se deje ver este mamífero, tan escurridizo y tímido. La lejanía y el contraluz de la fotografía no acompañaban. Esta es la más nítida:


Después otra interesante observación. Un ejemplar de correlimos gordo. Digno de anotación, al igual que los menudos. De este desconozco el tiempo que estuvo allí anteriormente. Yo pude observarlo 20 minutos. Levantó el vuelo y continuó camino de la costa, dirección Cádiz.



De vez en cuando se dejan ver flamencos, que durante algún día realizan una parada. Estos eran dos jóvenes y un adulto.



Esto son ejemplares de gaviota cabecinegra y audouin, un jóven y un adulto respectivamente.




Por último, observé durante un largo rato a este individuo de garceta común, muy activo a las tres de la tarde a 35 grados; No paraba de pescar. Dejó escenas singulares como esta:



De vuelta me encontré con algo curioso. Levanté por el camino a lo que creí era un saltamontes, que fue a parar cinco metros delante mía. Al acercarme no sabía si era un insecto palo o qué (evidentemente no). El sonido que producen sus alas me es muy familiar. Me tendré que dar un golpe en la cabeza pero desconozco de qué se trata.




Al pobre le falta una pata. Es muy bonito aunque esté lisiado. 

Esta es una mañana cualquiera por la desembocadura. Casi siempre hay sorpresas.


Hasta pronto.

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