viernes, 30 de agosto de 2013

Últimas 3 semanas en la Desembocadura

El día 16 observo a 2 correlimos menudos cuyas fotos añado como anotación en "cuadernillo de campo digital".


Otra pareja de vuelvepiedras con plumaje de verano.





Así como un correlimos zarapitín en plena muda.



















El la laguna grande vi de forma breve a una aguja, no sé si colipinta o colinegra.

Hasta el momento, ya casi en Septiembre, no veo por aquí mucho movimiento de estos limícolas.

El día 23 deja algo más, momentos muy muy bonitos.

Un bonito verdecillo se deja fotografiar de cerca.


Se deja caer a lo lejos un martinete jóven. Los ejemplares de martinete son raros de observar. Es algo esporádico.


Un instante de tan solo 5 segundos me brinda la oportunidad de observar detenidamente en una foto a un Cetia ruiseñor (ruiseñor bastardo). A estos paseriformes les encanta el entramado de cañas y carrizos, siempre a la sombra, se dejan ver difícilmente, no paran un instante de moverse. En la imagen se ve perfectamente que está anillado.


Todo esto ocurría en la misma laguna, la escondida. 

Quise captar la imagen de esta entrañable familia de malvasías. 4 pollos a su cargo tiene esta hembra.



Instantes fugaces hay muchos, unas veces pasan inadvertidos, en otras ocasiones solo puedes quedarte pasmado, y en las que menos, atento y con la cámara en mano, consigues tirar una ráfaga de 2 o 3 fotos. Se trata de un martín pescador que se dirigía a su posadero, cuando arrepentido dio media vuelta.

Pillar a este pequeñajo no es tarea fácil. Es muy agradecido ver a estas aves tan singulares y de infinita belleza. 

Lo mejor del día iba a producirse. Un avetorillo en vuelo acaba por posarse en un taraje. Fue trepando hasta llegar a la copa.


El sitio era más propio de una rapaz, y la lejanía del agua le hizo volver a cambiar de posadero, otro taraje, en este caso mas bajo, en la orilla de en frente. Parecía no estar muy contento, sus reclamos eran fuertes y constantes, sobre todo en vuelo.


Dos minutos después cambia de nuevo y de manera definitiva. Aquí se encontraba más cómodo. Hizo intentos de cazar algún pez, ahora sí, a ras del agua.


Ya en la laguna grande y para acabar el día, otro momento que impresiona, un alboroto de gaviotas que en principio no sabía quien lo provocaba...


Hasta que miré por encima mía. Un águila calzada. Es curioso como mira hacia atrás, por que le perseguía un pequeño grupo de estorninos.



Cuando me disponía a marcharme, en un posadero cercano al avistadero, veo algo pequeño. Al echar mano de los prismáticos era otro martín pescador!. Es un verdadero logro y una gran suerte ver a un martín pescador el mismo día y en dos lagunas diferentes.
En cuestión de un minuto, hizo dos picados al agua. En uno de ellos pescó y volvió al posadero con el pececillo. Los nervios del momento hacen que te tiemble el pulso, sumado a la baja velocidad de obturación de la cámara, estropearon ese preciso instante. De igual modo es un regalo.





El tercer y último día dejó alguna cosilla (28 de Agosto). Siempre depara alguna sorpresa en este encantador paraje.

Al llegar observo un estilizado paseriforme. Tuve que echar mano de la guía, y es que era la segunda vez que veía una collalba gris. En este caso se trata de una hembra,


Esta hermosa y pequeña ave cría en Groenlandia y pasa el invierno en África. Para que os hagáis una idea, es capaz de desplazarse en migración más de 2500 km sin parar, en 30 horas!! Impresionante.












Otra de las observaciones del día es uno de los famosos tejedores cabecinegros que crían aquí. Un macho se dejó ver bastante lejos.




















Ya en la escondida, otro momento entrañable. En este caso dos pollos de zapullín chico que reclaman alimento a su madre, sobre todo el pequeño.




Para acabar, llamó poderosamente mi atención este hermoso bichejo, no es un ave, sino una libélula de colores púrpuras y magentas. Es curioso como volaba y volvía exactamente al mismo punto de la rama donde se posaba una y otra vez.




Animaos a ir de pajareo! Hay miles de momentos y bichejos tan singulares como este, que aguardan en la naturaleza para que disfrutemos con su observación.

Hasta la próxima! Un saludo.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Segundo tramo del Guadalhorce

Continuamos desde donde acabamos en la anterior ocasión. Las 7 de la mañana es buena hora para empezar.



Martinetes nos dan la bienvenida, así como una garza imperial.


Más adelante vemos volver a un buen puñado de ellos, jóvenes, inmaduros y adultos. 


Dejaron una bonita estampa. Contamos más de veinte, aunque la imagen recoge 18 ejemplares.



Al sol le costaba salir. La temperatura perfecta.



Curiosa escena la que dejó alguna rapaz, que desplumó y despiezó a una paloma. 


No podía faltar la presencia de la garza imperial, siempre un placer verla.


En esta otra no se ve claro, pero resulta ser un carricero común. Es un imposible ver y fotografiar a estos paseriformes cuyo hábitat es un entramado de cañas.



En este tramo veo al martín pescador. Bonito pequeñín. Este tipo de posaderos son su predilección.

Lástima no haber llevado el telescopio. Es el momento perfecto para pararse, montar el trípode y disfrutar de su observación.


Las familias de anátidas se reúnen en puntos concretos a lo largo del cauce. 
En una estampida llegué a contar casi 50 individuos en vuelo.



Quedé sorprendido al ver cruzar de lado a lado una pareja de águilas calzadas. Anidan aquí; No es un mal sitio.


 




El final de la ruta de hoy se acerca.

Antes del bocata me llama la atención el paso de esta pareja. Sus tonalidades amarillas me hacen sospechar. La apreciación resulta imposible.



Mientras tanto continúan alzando el vuelo de entre las cañas y los eucaliptos un martinete tras otro.


Hago una parada para observar un árbol pelado, ya que andaba por allí una pareja de abubillas.


Se levantó por la visita al posadero de otra ave. 


Me preguntaba: - ¿quien es?


No podía creerlo!!... 


Mi primera oropéndola!! al fin!! la sorpresa del día sin ninguna duda.
Se le ve el pico pálido, cuando debería tener tonalidades rojizas. Podría decir que es una hembra, con un amarillo verdoso y alas bastante negras.



Fue tan sólo un minuto, pero es un regalo. 
Curioso el reclamo que utilizó mientras estaba posada en el árbol. Tienen un sin fin de cantos, pero fue este: 



La diversidad en este tramo es abundante.


La pareja de calzadas pasó por encima de nuestras cabezas. Impresiona.


Es muy bonita. Existe una fase oscura, con colores pardos por debajo (hasta ahora solo he visto una en los Montes de Málaga). Esta es la clara y la que suele verse.

En una piedra del río descansó esta libélula roja:



Como punto negativo de día, destacar claramente un vertido de aguas fecales, conducido directamente al río. Claro está, cercano a un núcleo de población. Afecta en gran medida a las aguas de un tramo de al menos 400m, en el que, casualidad o no, habitan y se alimentan día tras día decenas de martinetes, un puñado de garzas reales, alguna garza imperial, garcetas comunes, cigüeñuelas, andarríos y chorlitejos chicos... 
El olor a alcantarilla es muy desagradable, y no digamos andar por el agua e ir levantando los posos negros del fondo, siendo consciente que precisamente no es tierra. Una barbaridad ecológica.
Me es contradictorio y no entiendo cómo proliferan y crían allí estos animales. Seguro que les afecta en alguna medida. 
Es denunciable y pienso ir más allá de este mensaje. Es algo que nos afecta a todos. Esa "agua" se utiliza para abastecer a decenas de cultivos de regadío que hay río abajo.


Te queda un sabor muy agridulce cuando acabas así la ruta. En la ida nos percatamos solo del olor, pero a la vuelta lo vimos todo. Un conducto al aire de un metro de ancho, que transcurre entre una selva de cañas y cuya proveniencia aún desconozco. También había un montón de madrigueras justo al lado, paralelas al río, en una zona de tarajes con claros, donde pueden ocultarse los conejos.

Acto seguido y como ejemplo, levantamos a estas aves. Un martinete joven y un adulto bastante mayor de garza real.





Espero en la próxima no hablar de puntos negativos, de puntos negros; La naturaleza no debería tenerlos. 

Un saludo.